El Tratamiento con Quelación del Hierro No Evita la Lesión por Reperfusión tras un STEMI

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El tratamiento adjuvante con quelación con deferoxamina tras el debut de la isquemia en pacientes sometidos a una intervención coronaria percutánea (PCI) tras sufrir un infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI) no es capaz de limitar el tamaño del infarto ni de mejorar la salvación del miocardio. Los hallazgos se publicaron en Internet, previo a su edición impresa en Circulation: Cardiovascular Interventions, el pasado 11 de abril de 2012.

La deferoxamina es un quelador extracelular del hierro que funciona como antioxidante e inhibe la activación celular endotelial, según el estudio. Basándose en investigaciones anteriores, se espera que el tratamiento mejore el riego sanguíneo coronario.

Investigadores dirigidos por el Dr. Stephen J. Duffy, del Alfred Hospital de Melbourne (Australia) aleatorizaron a 60 pacientes que habían sufrido un STEMI a recibir 500 mg de una dosis en bolo intravenosa de deferoxamina justo antes de una PCI primaria, seguida de una infusión (50 mg/kg de peso corporal; n = 28) o placebo consistente en una solución salina normal (n = 32). Las características basales fueron parecidas para ambos grupos.

No Hay Diferencia con la Quelación del Hierro

Los niveles de hierro sérico descendieron gracias al tratamiento con deferoxamina tras la PCI primaria, comparado con el placebo (3.0 ± 2.5 µmol/L frente a 12.6 ± 5.5 µmol/L; P < 0.0001), una diferencia que se mantuvo hasta finalizar la infusión. A las 48 hrs., el hierro sérico del grupo a tratamiento se había normalizado, alcanzando niveles similares a los observados en el grupo que recibió placebo (10.4 ± 4.6 µmol/L frente a 8.8 ± 2.8 µmol/L; P = 0.24).

El grupo a tratamiento experimentó un descenso en el nivel de F2-isoprostano en plasma, un indicador del estrés oxidativo, comparado con el grupo que recibió placebo inmediatamente después de la PCI primaria (2.878 ± 1,461 pmol/L frente a 2.213 ± 579 pmol/L; P = 0.04). Aún así, los niveles de proteína C reactiva indicaron grados similares de inflamación en ambos grupos en el momento del ingreso hospitalario, tras la infusión y 48 hrs. después.

A los 3 días, no se observó diferencia alguna en el tamaño del infarto determinado por IRM cardíaca mejorada por contraste (punto final primario) así como tampoco en el índice de salvación miocárdica en el grupo a tratamiento con respecto a los grupos de control (gráfico 1). Los indicadores de creatina quinasa y troponina I también fueron equivalentes.

Gráfico 1. Indicadores de Lesión por Reperfusión a los 3 Días

 

Deferoxamina
(n = 28)

Placebo
(n = 32)

Valor P

Tamaño del Infarto

17.4 ± 10.8%

18.6 ± 10.2%

0.73

Índice de Salvación Miocárdica

33.8 ± 23.1%

30.8 ± 24.5%

0.70


A los 3 meses, tanto el tamaño del infarto como el índice de salvación miocárdica fueron equivalentes en ambos grupos. Los índices de función sistólica, volúmenes y masa VI fueron, también, similares entre el grupo que recibió deferoxamina y en el que recibió placebo, si bien la LVEF mejoró pasando de 49.1 ± 10.1% a 56.0 ± 11.6% en el grupo a tratamiento (P = 0.01) y de 48.9 ± 5.4% a 52.4 ± 7.2% en el grupo de control (P = 0.01).

Los investigadores consideraron que el tratamiento con deferoxamina era relativamente seguro, ya que sólo hubo 1 muerte en el grupo a tratamiento y 2 en el grupo que recibió placebo. A los 3 meses, la incidencia acumulada de insuficiencia cardíaca fuer similar entre ambos grupos (P = 0.70).

Son Muchas las Limitaciones

El Dr. Duffy y sus colegas reconocen que el estudio podría verse limitado por el pequeño tamaño de su muestra, si bien proponen otra posible explicación para la falta de efecto: sencillamente, quizá la deferoxamina no se comporte como cabría esperar.

“La generación de especies reactivas del oxígeno catalizadas por hierro podría no contribuir, de manera significativa, a la lesión por isquemia-reperfusión en el STEMI, en humanos,” aseguran. “Anteriores estudios cardiovasculares, llevados a cabo en humanos, con deferoxamina se han circunscrito, sólo, al ámbito del bypass cardiopulmonar, un potente estimulante del estrés oxidativo. En cualquier caso, el bypass cardiopulmonar es un escenario clínico muy diferente al STEMI.”

Por último, como el fármaco tiene “una mala permeabilidad celular y actúa, principalmente, como un quelador extracelular del hierro, esto podría limitar el éxito de la quelación intracelular del hierro y minimizar la generación y citotoxicidad intracelular de las especies reactivas del oxígeno.”

 


Fuente:
Chan W, Taylor AJ, Ellims AH, et al. Effect of iron chelation on myocardial infarct size and oxidative stress in ST-elevation myocardial infarction. Circ Cardiovasc Interv. 2012;Epub ahead of print.

 

Declaraciones:

  • El Dr. Duffy no declaró conflicto de interés económico alguno.

 

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