El Tratamiento con Testosterona Post-Angiografía aumenta los Episodios Cardiovasculares en Varones de Alto Riesgo

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Los varones que sufren importantes comorbilidades y reciben tratamiento con testosterona corren un mayor riesgo de sufrir episodios cardiovasculares, según un estudio de cohorte retrospectivo publicado el pasado 6 de noviembre de 2013, en el Journal of the American Medical Association.

Investigadores dirigidos por el Dr. P. Michael Ho, del Sistema de Atención Sanitaria de la Administración de Veteranos del Este de Colorado (Denver, CO), analizaron a 8.709 varones pertenecientes al Programa de Información, Seguimiento y Valoración Clínica de Veteranos sometidos a una angiografía entre 2005 y 2011 cuyos niveles de testosterona estaban por debajo de los 300 ng/dL (el umbral de hipogonadismo) sin terapia previa con testosterona.

Unos 531 días, de media, tras la angiografía, el 14% de los varones (n = 1.223) empezó el tratamiento con testosterona. Estos pacientes solían ser más jóvenes y tener menos comorbilidades, como por ejemplo, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad cardiovascular, que aquellos que no iniciaron dicho tratamiento (ambos P < 0.001).

1/3 Más Riesgo con Testosterona

El seguimiento medio fue de unos 27.5 meses. Tres años después de la angiografía, el índice absoluto del compuesto de mortalidad por todas las causas, IM y ACV isquémicos (el resultado primario) fue del 19.9% en el grupo que recibió tratamiento sin testosterona frente al 25.7% del grupo que sí recibió testosterona, arrojando una diferencia absoluta del riesgo en torno al 5.8% (IC del 95% - del 1.4% al 13.1%).

En el análisis mediante ponderazión estandarizada y tratamiento con testosterona como una covariable cambiante con el tiempo, el uso de testosterona se asoció a un mayor riesgo (1/3 veces mayor) del resultado compuesto (cociente de riesgos instantáneos-CRI 1.29; IC del 95% 1.05-1.58). No se observó diferencia alguna en la magnitud del efecto del tratamiento con testosterona entre aquellos con o sin EAC (enfermedad de las arterias coronarias) (P para interacción = 0.41). Además, el nexto existente entre el tratamiento con testosterona y los episodios adversos tras ajustar por la presencia de EAC se mantuvo invariable cuando se incluyeron intervenciones de revascularización como resultados adicionales (CRI 1.37; IC del 95% 1.21-1.56).

Las diferencias en los resultados entre uno y otro brazo no se asociaron al tratamiento diferencial de los factores de riesgo cardiovascular así como tampoco al uso de fármacos de prevención secundaria. Por ejemplo, no se observó diferencia alguna entre los grupos con niveles de LBD ni entre el uso de betbloqueadores y fármacos con estatinas al cabo de 1 y 2 años. Además, la presión arterial sistólica fue similar entre los dos brazos, tanto al cabo de 1 como 2 años, si bien la presión diastólica fue menor en el grupo a tratamiento con testosterona al cabo de un año y similar entre ambos grupos al cabo de 2 años.

La Señal de Seguridad es Relativamente Nueva

A excepción del ensayo TOM que incluyó a pacientes bastante ancianos y débiles, que hubo de interrumpirse prematuramente, anteriores ensayos clínicos han demostrado que el tratamiento con testosterona mejora ciertos factores de riesgo cardíaco sin señal alguna de daño, explican los autores. No obstante, aseguran, la mayoría de los estudios fueron pequeños, inscribieron a pacientes de diferentes edades y tuvieron una duración variable. Además, un ensayo previo de Veteranos refirió un descenso de la mortalidad de casi el 39% con el tratamiento con testosterona, incluidos varones con una menor incidencia de cardiopatía que el presente estudio, y utilizó un método problemático de controlar los factores de confusión.

Los investigadores sugieren varios posibles mecanismos a través de los cuales el tratamiento con testosterona podría aumentar el riesgo cardiovascular, incluidos:

Una mayor densidad del receptor plaquetario de tromboxano A2 y agregación plaquetaria

La estimulación de la proliferación muscular suave y la expresión de la molécula de adhesión celular vascular tipo 1

El empeoramiento de la apnea obstructiva del sueño, un factor de riesgo para la aterosclerosis

“Nuestros hallazgos no están extentos de incertidumbre en torno a la seguridad potencial del uso de testosterona en varones,” concluyeron el Dr. Ho y sus colegas. “Aunque los médicos deberían de seguir debatiendo los beneficios sintomáticos del tratamiento con testosterona con pacientes, también parece importante informar a los pacientes que se desconoce cuáles son los riesgo a largo plazo y que existe la posibilidad de que el tratamiento con testosterona pueda ser prejudicial.”

En un editorial que acompaña al estudio, la Dra. Anne R. Cappola, de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pennsylvania (Philadelphia, PA), asegura, “quizá la cuestión más importante sea la extrapolación de los resultados…a una población más amplia de varones a tratamiento con testosterona,” que incluya a aquellos que reciben la hormona porque sufren un “síndrome T bajo” o a efectos de anti-envejecimiento y a varones más jóvenes que deseen experimentar una mejora física. “¿Merecen estos beneficios, reales o percibidos como tales, en estos grupos de varones, que se corra un mayor riesgo?” se pregunta.

Los Resultado son ‘Irremediablemente Confusos’

No obstante, en una entrevista con TCTMD, el Dr. Sorin J. Brener, de la Facultad de Medicina Weil Cornell (Nueva York, NY), dijo que el estudio deja importantes cuestiones sin respuesta, como por ejemplo, en primer lugar, por qué se midió el nivel de testosterona de los varones y por qué, aproximadamente, el 70% del grupo que no recibió tratamiento, aquellos con niveles bajos de testosterona y que parecían ser aptos para recibir dicho tratamento, no lo recibieron. A pesar de que los investigadores utilizaron una metodología sofisticada, los resultados son “irremediablemente confusos,” afirmó.

De hecho, observó el Dr. Brener, durante el período en el que el resultado primario varió entre el grupo tratado y el no tratado, la población de riesgo fue de solo unos 500 pacientes, “lo que significa que la observación no es muy sólida.”

Antes de prescribir tratamientos con testosterona a un paciente de cierta edad con un perfil de alto riesgo, el médico debería de consultar al cardiólogo, recomendó el Dr. Brener.

“Creo que está claro que si un paciente sufre una cardiopatía en fase avanzada, no debe tomar esta medicación,” dijo, aunque añadió que esta cuestión es más problemática en varones con factores de riesgo cardiovascular pero sin antecedentes de cardiopatía. Tales pacientes deberían de someterse a una prueba de esfuerzo y si ésta es muy anómala, someterse a cateterización para descartar presencia, o no, de EAC, dijo. No obtante, “no creo que la revascularización resuelva el problema ya que la posibilidad de rotura de la placa es el verdadero problema,” añadió.

En la actualidad, el tratamiento con testosterona se está probando en el ensayo multicentro y aleatorizado Testosterona, que está inscribiendo a unos 800 pacientes ancianos con niveles de testosterona < 250 ng/dL. Además de los multiples puntos finales de eficacia, los investigadores valorarán, también, la carga de placa.  

Detalles del Estudio  

De los 1.223 pacientes a quienes se prescribió tratamiento con testosterona, el 82.4% rellenaron más de una receta. El tiempo medio transcurrido desde la primera hasta la última fue de 376 días.


Fuentes:

1. Vigen R, O’Donnell CI, Barón AE, et al. Association of testosterone therapy with mortality, myocardial infarction, and stroke in men with low testosterone levels. JAMA. 2013;310:1829-1836.

2. Cappola AR. Testosterone therapy and risk of cardiovascular disease in men [editorial]. JAMA. 2013;310:1805-1806.

Declaraciones:

Los Dres. Ho y Brener no declararon conflicto de interés alguno.

El Dr. Cappola dijo haber participado en una presentación de formación médica continua esponsorizada por una subvención de educación de Abbott Laboratories y haber formado parte de la junta de monitorización de datos de BioSante Pharmaceuticals. 

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