Publica la AHA declaración sobre los desfibriladores portátiles y advierte que los datos sobre su eficacia son limitados
La Asociación Americana del Corazón (AHA) publicó
una nueva declaración científica sobre el uso de los desfibriladores cardioversores
portátiles para la prevención de la muerte cardíaca súbita, en la que reconoce
que esa terapia se puede emplear de manera “razonable” o se puede “considerar”
en ciertas situaciones clínicas, pero advierte que se ha estudiado en
poblaciones muy limitadas y que hasta la fecha no existe una evidencia sólida.
Según la AHA, los desfibriladores cardioversores portátiles se utilizan cada vez más en la práctica clínica, pero “solo existen datos preliminares sobre la eficacia real de esta intervención para mejorar la supervivencia entre los pacientes de riesgo de muerte cardíaca súbita.”
El mensaje Los desfibriladores portátiles pueden servir como terapia temporal en pacientes de riesgo transitorio de muerte cardíaca súbita, así como en aquellos pacientes a los que se les indicó un desfibrilador cardioversor implantable, pero que no pueden someterse a un implante, dijo la AHA |
“La muerte cardíaca súbita es una gran preocupación para todos nosotros”, dijo a TCTMD el Dr. Manesh Patel, uno de los coautores de la declaración, del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. “Y lo que es más importante, existen lagunas en los datos referidos al uso de desfibriladores implantables en los pacientes después de sufrir un infarto de miocardio, de someterse a un bypass aortocoronario con injerto (CABG), a revascularización, y en otros escenarios, e incluso en ciertas condiciones que no se han estudiado. Las personas siempre tratan de buscar la mejor manera de cuidar a estos pacientes”.
El desfibrilador cardioversor portátil es una tecnología “prometedora”, y cada vez más los médicos se preguntan cómo se puede o se debe usar en la práctica clínica, comentó el Dr. Patel. Sin embargo, en estos momentos, los datos que apoyan su uso se basan en la opinión de expertos o en estudios realizados en una cohorte limitada. “Es necesario contar con mayor evidencia”, continuó diciendo el Dr. Patel y agregó que “hay muchas posibles indicaciones clínicas en pacientes que se beneficiarían, pero es necesario contar con más información de ensayos clínicos, o incluso de estudios observacionales, que nos muestren en qué consisten esos beneficios”.
Publicada el pasado 28 de marzo de 2016, en Circulation, la declaración de la AHA está encabezada por el Dr. Jonathan Piccini, del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, y respaldada por la Sociedad del Ritmo Cardíaco. Menciona seis indicaciones / recomendaciones diferentes para el tratamiento, incluidos casos en los que el uso del desfibrilador portátil se podría considerar una opción razonable de tratamiento.
Entre ellos se incluyen casos en los que se indica de manera clara el uso de un desfibrilador cardioversor implantable (DCI), pero dicho tratamiento se detiene temporalmente o está contraindicado debido a una infección (clase IIa, nivel de la evidencia C). Además, un desfibrilador portátil se considera razonable como “puente para llegar a un tratamiento definitivo”, por ejemplo el trasplante del corazón (clase IIa, nivel de la evidencia C).
Un desfibrilador cardioversor portátil también se considera “razonable” para pacientes de mayor riesgo de muerte cardíaca súbita que se pueda resolver en cierto plazo o con el tratamiento de la disfunción ventricular izquierda (clase IIb, nivel de la evidencia C). Ello incluye a pacientes con cardiopatía isquémica sometidos a revascularización coronaria, a aquellos recién diagnosticados con cardiomiopatía no isquémica dilatada y que comienzan una terapia médica recomendada por las directrices, o aquellos con una cardiomiopatía secundaria cuya causa base se puede tratar.
Un desfibrilador portátil podría considerarse una opción apropiada como terapia puente en los casos en que un DCI haya demostrado que puede reducir la muerte cardíaca súbita, pero no mejorar la supervivencia global, por ejemplo, en el plazo de 40 días posteriores a un infarto de miocardio (clase IIb, nivel de la evidencia C). Actualmente, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid requieren un período de espera de 90 días después de la revascularización coronaria con CABG o la intervención coronaria percutánea (PCI) antes de colocar un DCI para la prevención primaria. Según la AHA, aunque el uso de un DCI no ha evidenciado una mejora de la supervivencia en el período inmediato posterior al CABG, un desfibrilador portátil podría servir de “puente protector” en pacientes de alto riesgo en el plazo de 90 días posteriores al CABG o la PCI.
“Este es uno de los escenarios clínicos más comunes”, dijo el Dr. Patel. “Después que las personas sufren un ataque al corazón, padecen disfunción del miocardio que se podría mejorar. En un esfuerzo por demostrar el valor de los [desfibriladores] implantables, estos se estudiaron en pacientes durante cierto período posterior a un ataque al corazón de modo que hubo oportunidad de lograr la función estable del miocardio. En ese período en el que los pacientes pudieran tener disfunción reversible del miocardio, existen cuestionamientos en cuanto a si un dispositivo portátil sería beneficioso, y a quién beneficiaría. Ciertamente, esta es un área donde se requieren más evidencias”.
La AHA plantea que el desfibrilador portátil no se debe utilizar en pacientes en los que el riesgo de ocurrencia de episodios no arrítmicos es perceptiblemente mayor que el riesgo de ocurrencia de episodios arrítmicos, particularmente en pacientes que no se prevé que sobrevivan más de seis meses.
La Administración para el Control de Alimentos y Fármacos de los E.E.U.U. aprobó por primera vez el desfibrilador cardioversor portátil en 2002 basada en el estudio WEARIT/BIROAD, un estudio a pequeña escala realizado en 289 pacientes, que incluyó a pacientes con insuficiencia cardíaca y pacientes que aguardaban un DCI por otras indicaciones.
Fuentes:
- Piccini JP, Allen LA, Kudenchuk PJ, y otros. Wearable cardioverter-defibrillator therapy for the prevention of sudden death. Circulation. 2016; publicación electronica antes de su impresión.
Declaraciones:
- El Dr. Piccini no declare conflicto de interés alguno.
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Michael O’Riordan is the Managing Editor for TCTMD. He completed his undergraduate degrees at Queen’s University in Kingston, ON, and…
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