Un Estudio Pone de Manifiesto el Riesgo Clínico de la EAC No Obstructiva

Los pacientes diagnosticados de enfermedad arterial coronaria (EAC) no obstructiva corren un mayor riesgo de sufrir infartos de miocardio (IM) y mortalidad durante el siguiente año que los pacientes clasificados como pacientes sin riesgo aparente, según los resultado de un estudio retrospectivo publicado el pasado 5 de noviembre de 2014 en el número del Journal of the American Medical Association. En líneas generales, el riesgo aumenta de forma pareja al número de vasos enfermos.

Según el autor principal, Dr. Thomas M. Maddox, del Sistema de Atención Sanitaria de Veteranos del este de Colorado (Denver, Colorado), los hallazgos minan la tradicional clasificación dicotómica de la EAC y sugieren que los pacientes con enfermedad no obstructiva podrían beneficiarse del tratamiento preventivo.

Los investigadores analizaron los datos de 37.674 pacientes sometidos a angiografías coronarias electivas en 79 centros de Veteranos entre octubre de 2007 y septiembre de 2012.

Los resultados se clasificaron según el grado de severidad de la EAC. En total, el 23% de la cohorte no presentaba EAC aparente (no estenosis > 20%), el 22.3% presentaban enfermedad no obstructiva (al menos 1 estenosis 20% pero ninguna 70%) y el 55.4% EAC obstructiva (cualquier estenosis 70% o estenosis de tronco coronario izdo. 50%). El grado de enfermedad en las categorías EAC no obstructiva y obstructiva se caracterizó, también, en función del número de vasos enfermos.

Aproximadamente 2/3 de los pacientes se sometieron a una angiografía por presentar dolor torácico. La edad, los factores de riesgo cardiovascular y las puntuaciones obtenidas en la escala de riesgo de Framingham aumentaron, todas ellas, cuanto mayor era el grado de EAC. La frecuencia de prescripciones post-angiografía de fármacos cardiovasculares y los índices de revacularización aumentaron, también, con el grado de EAC.

El Riesgo Aumenta Parejo al Nº de Vasos Enfermos

En un modelo de regresión de Cox, el riesgo de hospitalización a un año por IM aumentó, progresivamente, con el grado de enfermedad en todo el continuo de EAC no obstructiva (salvo para la enfermedad de dos vasos) relativo a enfermedad no aparente. Se observó esta misma relación para la mortalidad y el compuesto de IM y mortalidad (tabla 1).

Tabla 1. Riesgo a un Año: EAC No Obstructiva frente a Enfermedad No Aparente

 

CRI Ajustado (IC del 95%)

1 Vaso

2 Vasos

3 Vasos

IM

2.0

(0.8-5.1)

4.6

(2.0-10.5)

4.5

(1.6-12.5)

Muerte

1.4

(1.0-2.0)

1.0

(0.7-1.5)

1.6

(1.1-2.5)

IM/Muerte

1.4

(1.0-2.0)

1.2

(0.9-1.7)

1.8

(1.2-2.7)

Abreviaturas: CRI: cociente de riesgos instantáneos.

Tras realizar los ajustes, todos los resultados aumentaron, notablemente, cuando mayor era el grado de EAC, con independencia de si la enfermedad obstructiva fue leve o moderada, siendo la única excepción la ausencia de un nexo entre la EAC no obstructiva de carácter leve y la mortalidad a un año. Asimismo, la relación observada entre el riesgo de sufrir episodios y el grado de EAC no reveló interacción alguna con la diabetes ni con el estado de los síntomas.

Los autores observan que el estudio, que está basado en el método predominante de diagnóstico de la EAC, a saber, la angiografía, complementa los hallazgos de estudios de TC cardíacas a la hora de revelar la existencia de un nexo entre la EAC no obstructiva y los resultados adversos.

Reconocen, no obstante, que como los pacientes del estudio fueron derivados para ser sometidos a una angiografía, probablemente no reflejen la prevalencia de la EAC no obstructiva en la población no sometida a cateterización. Además, la clasificación de pacientes como sintomáticos o asintomáticos se basó más en los resultados angiográficos que en una valoración clínica directa.

Hay que Acometer un Cambio del Paradigma

En una declaración en vídeo colgada en la página web de JAMA, el Dr. Maddox dijo que el estudio pone de manifiesto que el paradigma de dividir la EAC en enfermedad obstructiva y en enfermedad no obstructiva, “si bien es cierto que ayuda a la hora de poder establecer la causa de los síntomas de dolor torácico, no es tan relevante para entender el riesgo de los pacientes de sufrir un ataque cardíaco o de fallecer.

“Más bien deberíamos de reconocer que la presencia de cualquier patología coronaria, no obstructiva u obstructiva acarrea un notable riesgo de ataque cardíaco o muerte al cabo de un año,” continuó. “Y como resultado, todos estos pacientes probablemente se beneficien del tratamiento preventivo.”

El Dr. Maddox identificó los 3 siguientes pasos para los investigadores:

  • Verificar los hallazgos en otras poblaciones, incluidos aquellos que son menos predominantemente varones.
  • Desarrollar un mejor abordaje para categorizar la EAC que tenga en cuenta el riesgo de IM
  • Realizar estudios de prevención entre pacientes con EAC no obstructiva.

“Los pacientes no obstructivos fueron, sistemáticamente, excluidos de todos los ensayos de prevención que tenemos a fecha de hoy, así que es importante entender el impacto que ejercen nuestros fármaco-tratamientos y modificaciones en los hábitos de vida sobre esta población en materia de reducción del riesgo de ataque al corazón,” concluyó.

 


Fuente:

Maddox TM, Stanislawski MA, Grunwald GK, et al. Nonobstructive coronary artery disease and risk of myocardial infarction. JAMA. 2014;312:1754-1763.

Declaración:

  • El Dr. Maddox no declaró conflicto de interés alguno.

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